Para llegar hasta donde estamos todos hemos tenido que tomar un sinnúmero de elecciones, y sabemos que también en el futuro nos tocará hacer muchas otras. Elegir resulta emocionante, pero también supone un reto. Si bien algunas de esas decisiones no han tenido gran trascendencia en nuestra vida, otras nos han afectado positiva o negativamente durante mucho tiempo. Por eso, es importante realizar elecciones de la manera más efectiva posible para nuestra felicidad. Ahí es donde entran en juego los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas.
La vida de dentro afuera
Una historia de una mujer anónima
Miro hacia atrás y recuerdo cómo me agobiaba mi vida. Estaba inmersa en un matrimonio que no funcionaba, desempeñaba un trabajo que no me satisfacía, me sentía encasillada por mi familia y amigos… Y eso que había conseguido tener todo lo que se esperaba de mí: una carrera, un buen trabajo, un marido, y hasta ser “limpia y simpática”.
Sabía que necesitaba cambiar o, de lo contrario, me asfixiaría. También era consciente de que ese no era el momento: mi padre sufría un cáncer en fase terminal y no deseaba causarle preocupación alguno en esos instantes finales. Por otra parte, no tenía demasiado claro cómo hacerlo.
Un día recibí una llamada del secretario general de la Oficina Internacional de Escuelas Católicas, a quien yo conocía de mi época estudiantil. Se habían visto obligados a cancelar el congreso anual que ese año se iba a celebrar en Egipto y, como estaba al corriente de que la entidad bancaria de la que yo era directora de recursos humanos disponía de un centro de congresos con capacidad para más de ochocientas personas, me pidió el favor de permitirles albergar ahí el congreso.
Me contó que iban a hablar de los 7 Hábitos en la educación. Eso me ganó.
Había tenido la oportunidad de conocer los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas a través de los programas formativos que organizábamos en la entidad y me entusiasmaban. Así, alcanzamos el compromiso de que nosotros les cederíamos nuestro centro de congresos a cambio de que trajeran a España a Sean Covey, hijo de Stephen R. Covey y director de la división de FranklinCovey Education. Y así fue.
Tuve la suerte de conocer el proyecto educativo de primera mano: ni más ni menos que con el mismísimo Sean Covey. Me enamoré del sistema de inmediato.
El puesto que desempeñaba en recursos humanos había hecho aflorar mi pasión por la conducta humana, los vínculos y el desarrollo de la persona. De hecho, esa era prácticamente la única faceta de mi labor que de verdad me gustaba. Sin embargo, estaba convencida de que era con los niños con quienes debíamos trabajar si queríamos lograr resultados de impacto. Y, de repente, veía desplegarse ante mis ojos lo que hasta entonces había considerado un sueño.
Poco después moría mi padre. Me faltan palabras para describir lo duro que fue ese momento para mí. Mientras luchaba para superar mi dolor, me enfrenté a todos los cambios que sentía que necesitaba llevar a cabo. Había llegado el momento de tomar las riendas de mi vida. Los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas serían mi guía. Aprendería a rehacerme y adoptaría las decisiones que fuesen necesarias hasta sentir que mi vida tenía sentido para mí.
Me tomé dos años para reconectar conmigo misma. Dejé el trabajo y comencé a reflexionar sobre cómo podría materializar mi determinación de trabajar con niños, en la educación y la cooperación social: mi auténtica vocación. Asimismo, me replanteé mi rol de madre: tras un divorcio que no había sido fácil, me preocupaba cómo ayudar a mi hijo a ser un ser humano completo y feliz.
Viví conforme a mi propósito. Busqué y encontré. Al cabo de esos dos años me ofrecieron la oportunidad de colaborar en el proyecto que había soñado: acompañar a los niños y los jóvenes en su aprendizaje para la vida. Y ahí sigo: desarrollándome como persona integral y poniendo mi granito de arena para que todos los integrantes de nuestra sociedad puedan hacer lo mismo. No siempre es fácil el camino, pero siento que merece la pena.
Cuestión de paradigmas
Ahora me doy cuenta de que crecí con la creencia de que gustando a los demás llegaría a ser validada. Pensar de una y otra manera me ha traído cosas buenas y cosas malas. Pero algo tengo claro: antes sobrevivía, ahora vivo.
La vida de dentro afuera
Cuando te construyes en carácter y competencia desde tus valores y talentos innatos y dando respuesta a tu naturaleza y tu espíritu, eres mucho más que suficiente para los que te rodean. Ahora soy única, auténtica, genuina… Ahora sí. ¡Tengo tanto para dar!
¿Qué son los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas?
Los 7 Hábitos es un sistema comprobado de liderazgo y desarrollo personal que parte de los libros Los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas y El Octavo Hábito, escritos por Stephen R. Covey. El proceso de los 7 Hábitos tiene un alto impacto en el desarrollo de personas-líderes: líderes no entendidos como personas situadas en una posición de autoridad o de cargo, sino como una elección personal en la que encuentras tu voz y decides poder transmitirla a terceros.
Vivimos en una época de estimulantes desafíos en los que los cambios se suceden a nuestro alrededor a gran velocidad. La mayor parte del tiempo nos es imposible controlar todo lo que nos rodea. Sin embargo, sí podemos controlarnos a nosotros mismos y tomar decisiones. Convertirse en líder significa aprender a hacer elecciones en las que creemos, de las que nos sentimos orgullosos ahora y seguiremos estando satisfechos dentro de unos años. Nunca es demasiado tarde para cambiar y siempre se puede mejorar.
Los hábitos son patrones de comportamiento, cosas que hacemos repetidamente sin siquiera ser conscientes de ellos en la mayoría de las ocasiones. Nuestros hábitos producen su efectividad o inefectividad.
Los 7 Hábitos de las personas altamente efectivas® nos ayudan a dirigir nuestra vida en una forma verdaderamente efectiva. La esencia de la efectividad es alcanzar los resultados que deseamos hoy de forma tal que podamos alcanzar resultados incluso mejores en el futuro. Los hábitos se refuerzan entre sí, creando un proceso de crecimiento y desarrollo personal e interpersonal. Estos son los resultados que podemos esperar con la práctica de estos hábitos:
- Incrementar nuestra responsabilidad, creatividad y cooperación.
- Enfocarnos y organizarnos.
- Lograr el control de nuestro tiempo, de nuestra vida.
- Tomar decisiones beneficiosas para nosotros.
- Mejorar nuestras relaciones.
- Mejorar nuestra comunicación a través de la escucha empática.
- Buscar terceras alternativas.
- Lograr un equilibrio saludable entre la vida y el trabajo.
Adéntrate en los 7 Hábitos
Cada uno de los hábitos es una llave que nos abre la puerta a una nueva forma de vivir y entender la vida.
Hábito 1: Sé proactivo®
Asume la responsabilidad de tu vida.
Hábito 2: Comienza con un fin en mente®
Define tu misión y tus objetivos en la vida.
Hábito 3: Pon primero lo primero®
Establece prioridades y haz primero lo más importante.
Hábito 4: Piensa en ganar-ganar®
Adopta la actitud de que todos pueden ganar.
Hábito 5: Busca primero comprender, después ser comprendido®
Escucha a la gente de verdad.
Hábito 6: Establece sinergias®
Trabajad juntos para lograr más.
Hábito 7: Afila la sierra®
Renuévate con regularidad para lograr el equilibrio entre tu trabajo y tu vida.
El Continuo de Madurez®
Los 7 Hábitos conforman el Continuo de Madurez®, que nos lleva por el camino de la interdependencia. Primero debemos conducir nuestra propia vida de manera efectiva (Victoria Privada) antes de poder trabajar de manera exitosa con otros (Victoria Pública).

El Continuo de Madurez® es nuestro cuadro de mandos para alcanzar las habilidades del liderazgo.
Como podemos ver en este singular esquema, los Hábitos 1, 2 y 3 rodean lo que Covey denominó la “Victoria Privada”. Alcanzar la Victoria Privada significa dejar de vivir en la dependencia (quejándonos, culpando a factores externos de nuestro malestar, esperando recibir una ayuda que nunca llega, sin saber a dónde nos dirigimos ni ser capaces de priorizar) y pasar a ser personas independientes, que construyen su realidad basándose en principios como el de la proactividad, la planificación, la responsabilidad personal, la priorización…
El Hábito 4 es de actitud, el 5 es de habilidad y el 6 es de resultado. Estos hábitos están en torno al triángulo de la Victoria Pública, lo que expresa que, cuando se vive conforme a los Hábitos 4, 5 y 6, nuestras relaciones con los demás son realmente efectivas y nos proporcionan un alto grado de disfrute y crecimiento. Esto nos permite transitar desde la independencia que conseguimos con los tres primeros hábitos al estado superior de la interdependencia: la conexión genuina con las personas que nos rodean y de las que obtenemos recursos, aprendizaje y crecimiento aportando nuestra valía personal, que se verá incrementada por las relaciones sinérgicas que establezcamos con otros.
Por último, el Hábito 7 circunda a todos los demás, confiriendo un aspecto circular y cíclico al continuo de madurez. Esto es porque el Hábito 7, el de la renovación continua, es independiente y a la vez inherente al resto de hábitos. Es el que permite que los otros hábitos sean posibles manteniendo un equilibrio fundamental entre nuestra producción y el cuidado de nuestra capacidad de producción.
¿Sientes curiosidad? ¿Tienes ganas de adentrarte en este mundo de efectividad?
Continúa tu desarrollo personal en casa
Hábito 2: Comienza con un fin en mente
Hábito 3: Pon primero lo primero
Hábito 4: Piensa en ganar-ganar
Hábito 5: Busca primero comprender, después ser comprendido
Octavo Hábito: Encuentra tu voz e inspira a los demás a encontrar la suya