
En el momento de escribir esta entrada es domingo. Domingo por la mañana. Probablemente el momento de descanso por excelencia para la mayoría de los trabajadores. También para los profesores.
Sin embargo, hay docentes que comienzan el domingo dándole vueltas a cómo lo van a hacer el lunes… Ese chico que no va a traer lo materiales para el proyecto porque en casa no existe motivación ni seguimiento de su vida escolar, esa chica que va a llegar muerta de vergüenza por lo que pasó en sus RRSS, esa madre que ya ha pedido tutoría durante el fin de semana porque no sabe qué hacer con la niña que cada vez la trata peor, el chico tímido y falto de autoestima que necesita un empujoncito para creerse todo el valor que encierra…
Así empieza el domingo de muchos docentes que, lejos de preocuparse por los contenidos de sus asignaturas, que también, tienen que lidiar con la responsabilidad de devolver a la sociedad personas que, tras haber pasado por sus manos durante la etapa educativa, sean capaces de gestionarse a sí mismas de la forma más efectivas y de relacionarse de forma saludable con los demás.
Estamos hablando de la enorme responsabilidad de educar generaciones para que sean, de alguna forma, los protagonistas de un mundo mejor, más justo, más empático, más solidario.
Pero qué difícil, qué poco tiempo, qué pocas herramientas y qué sensación de impotencia se siente siendo un pequeño David luchando contra Goliat.
Los centros educativos, con la mejor de las intenciones, se embarcan en proyectos metodológicos que mueren antes de concluir porque son absorbidos por otros más novedosos. Se desviven por procurar atención personalizada sin disponer de tiempo ni ayudas para ello. Es de alabar el empeño constante de la escuela, de sus profesionales, por sacar adelante a generaciones enteras, de la mejor manera posible y a pesar de las poco acertadas leyes que salpican la historia de nuestro sistema educativo.
¿Cuándo un empuje a estos profesionales? ¿Cuándo un enfoque efectivo de la EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL sin que sea a costa del sobreesfuerzo y salud de los profesionales implicados?
¿Cuándo podrá un profe desconectar un domingo?